¿Son los programas de educación acordes a la nueva realidad?

En esta época de cambios vertiginosos, donde la inmediatez y la información apabulla y se hace útil a la vez, las instituciones educativas necesitan y deben estar lo más cerca posible de estos movimientos y transformaciones.

Así vemos que los planes de estudio deben ser contextualizados permanentemente, y son los docentes los que a diario, obtienen insumos de parte de los estudiantes de los diferentes niveles, y luego adaptan, profundizan, dan otras miradas o trabajan con diferentes herramientas, a efectos de estar a tono con la dinámica del día a día. Es un desafío constante para no quedar rezagados en el tratamiento de los diversos contenidos, y a la vez, corresponder de modo eficiente, con lo que proponen los distintos currículums.

Instituciones acordes

Aquí encontramos una de las llaves fundamentales para la adaptación de los planes de estudio, a las distintas realidades: la capacitación docente.  Este punto, medular y definitorio, en la mayoría de los casos no es tenido en cuenta por las instituciones, con la importancia y relevancia que de por sí, tiene. Es así que generalmente, este aspecto queda rezagado, o no forma parte del aggiornamento de las políticas educativas, dejándolo en manos de los propios destinatarios. En este sentido, el abanico es tan amplio y variado como la voluntad, posibilidades temporales, económicas y sociales de los innumerables actores de los distintos niveles educativos.

No obstante, es pertinente resaltar la especial atención a sectores del universo estudiantil que en otros tiempos eran dejados de lado, tales como aquellos con características especiales, discapacidades o problemas socioemocionales. En este sentido y como reflexiones, tanto el profesorado, como las currículas, han tratado y tratan de dar la mayor cobertura, atención y posibilidades.

En otros estamentos, con preponderancia en lo político/administrativo, se deben tener en cuenta decisiones de otra índole, dado que es necesario contemplar poblaciones más amplias, y donde debe resguardarse la igualdad de condiciones y oportunidades entre los diferentes estratos socioeconómicos. Las tomas de decisión tienen otros tiempos, no son tan dinámicas, y corresponden a análisis más profundos, en un amplio abanico de concepciones, políticas, condicionamientos, etc.

A todo lo antedicho, debemos sumarle la realidad económica y cultural de cada país, con variedad de circunstancias coyunturales que, en la mayoría de los casos, hacen muy lentos los procesos de análisis, evaluación y puesta en valor, de los diferentes planes de educación, ya que estos no son un componente aislado y que recorre su propio derrotero, sino que están fuertemente vinculados con la actualidad que viven las naciones.

En suma, es un desafío para todos los que forman parte del universo de la educación, llevar a cabo diariamente un esfuerzo indeclinable, para que no se convierta en una utopía, estar a la altura de la realidad.

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