La Economía de América Latina: Recordando la Crisis del 2002 con el Dr. Pablo Mieres

Revive una Conferencia Memorable de ADM con el Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Dr. Pablo Mieres y el ex Presidente del BID, Enrique Iglesias. Exploran la turbulenta economía latinoamericana del 2002, la fundación del Partido Independiente y la importancia de construir políticas estables. Recuerdan los desafíos de la crisis económica del 2002 y cómo Uruguay y América Latina trabajaron para superarla. Una lección de resiliencia y transformación económica.


MN: Es un honor para la Asociación de Dirigentes de Marketing, iniciar otro programa que va a recordar otra Conferencia Memorable. Es un gusto en particular recibir, a quien ha sido fundador, figura referencial del Partido Independiente, actual Ministro de Trabajo y Seguridad Social el Dr. Pablo Mieres. Pablo un gusto y bienvenido.

PM: Que tal Miguel, un gusto estar acá. La verdad que es una excelente idea de ADM que tiene un patrimonio enorme, vinculado con esa colección de conferencias que vale la pena reeditar. Y mirarlas a través del tiempo ¿no?

MN: Les recuerdo que la dinámica es lo que dice el Ministro Mieres. La dinámica propuesta nos permite con la presencia de diferentes invitados aquilatar a la distancia algo que se ha transformado en una conferencia memorable. La conferencia de hoy tuvo lugar a fines del 2002, pocos días después de que el contador Enrique Iglesias en unas de sus tantas visitas a los almuerzos de ADM, fuera reelegido como Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, 2002, ¡qué recuerdos del 2002!

PM: Fue un año muy duro ¿no? Muy duro para todos los uruguayos, fue una crisis de unas proporciones inéditas, con respecto, obviamente, incluso comparado con lo que nos pasó ahora con la pandemia; fue una situación dónde la sensación de estar al límite y de riesgos en lo que tienen que ver con la vida de la sociedad tal cual como nosotros la habíamos conocido. Lo estuvimos viviendo, fue realmente duro; paradójicamente también lo recuerdo porque fue el año que fundamos el Partido Independiente.

MN: ¡Pa, mira qué año para fundarlo”

PM: Sí, en noviembre.

MN: Bueno, en noviembre fue esta charla.

PM: En noviembre, exactamente o sea estamos cumpliendo veinte años de esa charla.

MN: Como se tiraron al agua en ese período de transformación y de sacudimiento. Bueno, eran días difíciles para el país y en el que el Cr. Enrique Iglesias planteaba textualmente por eso lo tengo escrito acá “la necesidad de construir políticas de Estado más allá de los periodos de gobierno”. Ustedes podrán decir, bueno, está en el ABC, en la tapa del libro, sin embargo, había argumentos contundentes para respaldar eso. En respaldo a esa meta el Presidente de ADM, Jorge Abuchalja en su habitual presentación del invitado de ese día, centro sus palabras de bienvenida al Cr. Enrique Iglesias.

JA: A sus propuestas y a las que escucharemos hoy, los empresarios uruguayos queremos expresarle que estamos dispuestos más que nunca a continuar trabajando para que se produzcan los cambios necesarios, sin que esto signifique perder nuestros valores y tradiciones. Tenemos total conciencia que son momentos muy difíciles y que ha sido un año muy duro, pero también reconocemos y sabemos, que con trabajo en equipo, creatividad, inteligencia y esfuerzo podremos salir adelante. Nuestra voluntad está dirigida a transformar el desánimo en entusiasmo, el derrotismo en voluntad para triunfar, la confrontación en negociación; en definitiva, queremos hacer posible lo que hoy para algunos no parece realizable. Todo ello, Sr. Presidente nos exige asumir que somos responsables de construir nuestro propio destino, pero también que reclamemos dentro nuestro propio planteo dialéctico de apertura de mercados que se cumpla con el principio ético de actuar con equidad y generar igualdad de oportunidades entre los países más ricos y aquellos que tratamos de exportar el trabajo de nuestra gente. Solo ese camino permitirá disminuir las diferencias económicas y sociales que existen. Señores, estamos ante una nueva época histórica; debemos enfrentar estos nuevos tiempos con el espíritu de trabajo y lucha como lo hicieron nuestros abuelos y nuestros padres. Muchos de ellos inmigrantes y cuya fundamental riqueza era la ilusión que esta tierra prometía. Así como ellos nos legaron un país próspero y con esperanza, les pido, en nombre de nuestra institución Asociación de Dirigentes de Marketing y el mío también, que juntos renovemos la fe, para que también nuestros hijos y nietos tengan la esperanza y alegría de vivir aquí, en nuestro querido Uruguay.

MN: Bueno, muy claro lo de Jorge Abuchalja, ¿no?

PM: Y había que decirlo en ese momento, no era fácil y al mismo tiempo era necesario, imprescindible un mensaje de confianza y optimismo. Todos los que vivimos el 2002 sabemos, que en ese momento era muy necesario apostar al futuro, pero al mismo tiempo era muy fácil hundirse en la realidad. Conocemos a Jorge y sabemos de qué es siempre de dar para adelante, pero justo en ese momento, además era particularmente relevante. Así que me gustó mucho esa expresión vehemente, del “se puede, se puede y se puede”.

MN: La conferencia de hoy será muy útil para repasar historia de la economía en América Latina y las razones que llevaron a esas crisis de comienzo de este siglo. En la economía como en la vida no necesariamente todo tiempo pasado fue mejor y ese 2002 en Uruguay y en América Latina lo demuestran.

EI: Yo tengo el privilegio de estar en un puesto de observación muy rico, en un puesto de observación que tiene una enorme capacidad de conocimiento de lo que está pasando en todos los rincones de nuestra América. Lo cierto que el año que termina, va a ser un año malo en el conjunto de América Latina. Vamos a tener una perdida, un crecimiento negativo de – 1 % este año. Y esto afecta prácticamente a casi todos los países, quizás con la excepción más brillante del Perú. Toda la región está con crecimientos de – 2 % o alrededor del – 2 % y esto dentro de los cuales hay cinco países, dentro de los cuales lamentablemente estamos nosotros con Argentina, con Paraguay, con Venezuela y con Haití, que estamos por debajo del 0 % y en situaciones bastante, bastante negativas.

Esto quiere decir que estamos terminando el año, como dijo la CEPAL hace pocos días, con media década perdida en el conjunto de la región. Yo recuerdo cuando estaba en CEPAL, en los años 1980, hablábamos de la década perdida, ahora se está hablando de media década perdida para los años iniciales de esta década. Dentro de este elemento negativo que supone el crecimiento, tenemos además la gran retracción del financiamiento externo, América Latina recibió en los años 1990 corrientes abundantes de capital, en el año 1998 representaban el 5 % del producto bruto interno (PBI), hoy estamos alrededor del 1 %.

Se han secado prácticamente las fuentes de financiamiento tradicional que veníamos contando en estos últimos años y aún mismo la inversión privada que suele ser mucho más estable, ha sido mucho más positiva respecto a la región, cayó. Llegó a estar en unos cien millones de dólares, estuvo en setenta y cinco millones de dólares hace tres o cuatro años, este año estimamos que va a estar alrededor de los treinta, treinta y cinco mil millones de dólares. Y se da una paradoja bastante notable, verdad, que este año, las remesas de los emigrantes en el exterior hacia América Latina, son mayores que los inversionistas extranjeros. Hay con todo, elementos a destacar, entre otros, por ejemplo, que en los últimos tiempos ha habido un mejoramiento muy sensible en la caída del riesgo país en el caso de Brasil y Colombia. Incluso ha habido algunas emisiones de los mercados voluntarios de capital de parte de algunos países de Centro América.

Quizá la parte que también compromete a toda la región es que la mayoría de los países han quedado sin espacio para tomar medidas políticas, fiscales o cambiarias anti-cíclicas. Este es un rasgo bastante difícil que tenemos en la región; prácticamente con la única excepción de Chile y de México, que tienen márgenes fiscales para la expansión del ciclo. Los demás países prácticamente no disponen de márgenes, debido fundamentalmente a la difícil situación fiscal porque atraviesa la región y al aumento considerable que ha tenido el déficit fiscal en el promedio de todos los países de la región.

La inflación que había caído y cayó en forma histórica, ha tenido algunos repuntes preocupantes en algunos países, pero también ha tenido preocupantes caídas los precios para algunos casos, incluso señales de deflación en algunos países. Aunque sea hay una situación que también tenemos que destacar lo que acabamos de mencionar respecto a cómo está cambiando el panorama. A todo esto, se suma también al final del año el malestar social. Este año el desempleo ha aumentado abruptamente en América Latina. Según la CEPAL paso del 8.5 % en el primer semestre de 2001 al 9.4 % un año después. Se estima que es la cifra más alta por promediar en la historia de la región. Esta cifra por supuesto, no desconoce la situación del país, como la Argentina o como nosotros con tasas muy superiores al promedio regional. También tenemos problema con la pobreza que ha aumentado en la región, prácticamente entre los años 1998 y 2001, se supone que la indigencia aumentó más de seis millones de personas y la pobreza que venía cayendo en los años 1990 suavemente, pero venía cayendo un poco aumentó en los últimos dos años particularmente por el fenómeno argentino.

Según la CEPAL, se habían incorporado varios millones de personas, había aumentado la pobreza crítica como consecuencia de esta coyuntura y lo que es más importante, es que, si nosotros no logramos restablecer en América Latina una tasa de crecimiento del orden del 4 % anual promedio, va a ser muy difícil, que para el año 2015 las famosas “metas milenio” de reducir la mitad de la pobreza en esa fecha podamos alcanzarlo. Interesante notar que el gasto social ha resistido de todas maneras, los países están protegiendo el gasto social, que ha aumentado incluso su relación con respecto al producto, esto es una buena noticia porque demuestra la sensibilidad que hay al respecto a la forma como esta coyuntura está afectando a los países de la región.

MN: “Mal de mucho, consuelo de tontos” podrías titular ese primer tramo de la conferencia de Enrique Iglesias. No porque, seguro, él decía: miren que la situación era particularmente grabe en Uruguay y Argentina; pero era una situación también que abarcaba la región y América Latina.

PM: Sin duda. Pero también es verdad, que nosotros sufrimos de manera tan significativa el impacto, porque en esa época Uruguay estaba muy expuesto al riesgo argentino. En realidad, la crisis del 2002 nos vino de afuera, es decir, no fue endógena, no fue el Uruguay el que sufrió por sí mismo el problema. Aunque es verdad que nosotros teníamos, veníamos con una situación de atraso cambiario que cuando Brasil devaluó al principio de 1999 era una señal de que Uruguay debía colocarse en línea y no se hizo. Yo creo que eso lo terminamos pagando más caro todavía en el 2002. Pero sin duda que la corrida bancaria, la crisis del sistema financiero que fue el núcleo duro…

MN: Veníamos con la aftosa de meses atrás, que también había venido de Argentina.

PM: Además, exactamente. O sea, la corrida bancaria se vuelve un problema grave en Uruguay, porque nosotros teníamos un sistema financiero muy imbricado con el sistema financiero argentino. Cosa que hoy no es y eso es un aprendizaje que se logró justamente a partir de la crisis. Hoy Uruguay, bueno lo tenemos arriba de la mesa, miramos a Argentina y vemos lo que está pasando y Uruguay sufre afectaciones muy parciales. Particularmente la comercial en la frontera.

MN: Ya seguimos con esta conferencia memorable, con la presencia del Ministro Mieres y recordando a Enrique Iglesias en aquel noviembre de 2002.

MN: Retomamos este programa de hoy, con Enrique Iglesias hablando en un almuerzo de trabajo de la Asociación de Dirigentes de Marketing en noviembre de 2002. En varios países de América Latina y también en Uruguay; si hacemos un poco de memoria, la década de los 90, fue lo que se llamó la década de las reformas. Pero entonces ¿por qué pasó, lo qué pasó?

EI: Cuando empezamos este movimiento de cambios de los años 90, a principios de la década; lo hicimos un poco como reacción todos, a los momentos que habíamos pasado en los años 80, la famosa crisis de la deuda externa. Y se inició un período de reformas, basado fundamentalmente en la devolución al mercado de decisiones de política económica y todo ello siguiendo pautas que fueron fundamentalmente signadas por los organismos de Bretton Woods (Fondo Monetario Internacional y Grupo Banco Mundial) que nosotros también acompañamos.

Más que una arquitectura ideológica, como lo fue, en definitiva, yo creo que, yo que lo viví en su momento paso a paso, hubo más que nada una tendencia natural a corregir los graves desequilibrios de los años 80, el hervor inflacionario, la sobre presencia del Estado y la ineficiencia en sus intervenciones. En todo esto formó parte en definitiva de lo que dio lugar por último a la aparición de las llamadas políticas neoliberales; que tuvieron tres grandes pilares que se aplicaron prácticamente en todas partes.

Primero, la estabilidad macroeconómica, basada fundamentalmente en ganancias en materia de estabilidad fiscal y buena administración monetaria. El puntal de la apertura externa, que tuvo en América Latina además ejemplos muy importantes, sobre todo por el lado de los esquemas de integración; no solamente hacia dentro de América Latina sino toda la experiencia internacional, como es el caso de México o Chile recientemente. Y el tercer puntal que fue el inicio de la redimensión del Estado. Ahora bien, en este momento ese modelo está siendo criticado en forma intensa desde distintas tiendas; del lado académico hay todo un debate que cuestiona todo lo que se ha hecho en los años 90, del lado social hay demandas por un cambio de modelo y la búsqueda de un nuevo paradigma; y aún mismo los que aplicaron los modelos están de alguna manera revisando alguno de sus componentes o alguno de sus instrumentos.

Y ahí tenemos los datos que acabo de mencionar del “Latinobarómetro” respecto a la opinión pública en la región. Está el “Foro de Porto Alegre”, están los fenómenos políticos, los recientes fenómenos electorales en Brasil y en el Ecuador, son una consecuencia un poco de una cierta demanda por revisión o de cambio de alguno de los paradigmas existentes. Yo creo que es importante que esto se plantee y de alguna manera nos preguntemos un poco ¿Por qué esta insatisfacción? ¿Por qué algunas reformas o estas reformas funcionaron bien en algunos lugares y en otros no? Creo que esto, es una pregunta bien pertinente. Y en todo caso procurar tener una visión balanceada de las cosas, para no pensar que todo lo que se ha hecho fue malo o todo lo que se ha hecho fue bueno.

Yo creo que hay que mirar con cierta objetividad los resultados de los procesos de reformas y tratar de evitar un fenómeno que hemos tenido en forma sistemática en América Latina, que es el fenómeno del péndulo ¿no? De pasar de un extremo a otro lo cual ha sido tradicionalmente un fenómeno bastante negativo y muy costoso para la política económica y social de nuestros países.

Cuando a uno le preguntan respecto, ¿a qué pasó en esta época de los 90? Yo diría que, siempre ponemos el ejemplo del baso mitad lleno, mitad vacío. Hubo logros que no se pueden desconocer; la estabilidad económica por ejemplo ha sido un logro muy importante. Después de años de inflación, haber logrado reducir la inflación a un dígito en la región es un hecho nada despreciable. Hubo también fenómenos de apertura externa, hacia distintos lugares, pero que comienzan a modernizar un poco este aspecto de la economía de la región. Hubo ganancias de productividad, hubo el principio de un redimensionamiento del Estado, mejoras en infraestructuras. Yo diría que en general la gestión macroeconómica en la región en su conjunto mejoró. Y los fundamentos macroeconómicos hoy, en mi modo de ver son mejores que lo que eran al inicio de la década.

¿Dónde estuvieron las fallas o dónde estuvieron las insatisfacciones o las frustraciones de las políticas con lo que se inició la década de los años 90? Yo diría en dos grandes temas; uno en el tema del crecimiento y otro en el tema social. Yo creo que el crecimiento económico fue mucho menor que el que hubiéramos esperado, fue mucho más modesto, fue más volátil y sobre todo mucho más vulnerable. Fue modesto porque al ganar alcanzamos una tasa de crecimiento en promedio del alrededor del 3 %, salvo algunos países que salieron muy por encima de ese promedio. No ha sido una tasa satisfactoria para hacer frente a las demandas y sobre todo a las expectativas. Pero quizás la parte más delicada de ese crecimiento en los últimos diez años fue la vulnerabilidad. La vulnerabilidad respecto a los factores externos.

Tradicionalmente nosotros teníamos una vulnerabilidad que estuvo vinculada a los precios de las materias primas. Yo recuerdo cuando el primer remate de lana marcaba en nuestro país un poco el humor nacional y era un poco la materia prima que nos daba a nosotros un poco la sensación por donde irían las cosas ese año. Bueno, yo creo que en los últimos diez años tuvimos un nuevo fenómeno, tipo baby boom, que fue la inserción de América Latina en el ciclo financiero internacional. Y yo creo que eso trajo como consecuencia abundantes recursos que llegaron a la región en porcentajes muy elevados, como mencioné hace un rato. Pero también nos trajeron un fenómeno que no conocíamos, ni esperábamos, que fue “el fenómeno del contagio”. Lo vimos en el 1994 – 1995 con el “fenómeno económico del Tequila”, lo vimos luego con “la crisis asiática”, lo vimos después con “la crisis rusa”, con “la crisis del Brasil”; un nuevo tipo de fenómeno que realmente nos sorprendió en alguna forma y nos encontró “des preparados” como dicen los brasileros.

MN: Bajar los altos índices de inflación imaginen ustedes los más veteranos, fines de los 1980, comienzos de 1990. Fueron logros de los 90 también aquí en nuestro país. Pero Iglesias decía contagio, nos contagiamos, “el fenómeno del contagio de las crisis internacionales” dice textualmente y “no estábamos preparados” dijo.

PM: Y ciertamente, porque en realidad el Uruguay estaba acostumbrado a vivir un poco aislado del resto del mundo, pero también los 90, fueron tiempos de algunas reformas que se proyectaron hasta el presente. Una de ellas la reforma del puerto, la reforma de la seguridad social en el año 1995-1996, la reforma educativa de Rama, que fue, yo diría el momento de cambio del sistema educativo, que lamentablemente después se frenó, pero que ha dejado una herencia muy positiva.

MN: Primeros años del MERCOSUR, además ¿no?

PM: También, el momento de la fundación del MERCOSUR

MN: Cuestiones de la liberalización del mercado, es decir con la pérdida del monopolio del Banco de Seguros del Estado. ¿No?

PM: Exacto. Y también es verdad, fue una época en dónde quedaron pendientes deudas desde el punto de vista de la igualdad, de la equidad, que cuando vino la crisis del 2002 fue particularmente fuerte, porque justamente no estaban blindados aquellos sectores más débiles para enfrentar una situación, una tormenta perfecta como la que ocurrió.

MN: Él dice en un momento, Enrique Iglesias “crecimiento económico más modesto del esperado, que no logró hacer frente a las demandas y a las expectativas”, en parte de lo que tú decías.

PM: Es verdad, sin duda que hubo un esfuerzo, yo recuerdo que en los 90, la primera mitad de los 90 hay una reducción de la pobreza importante hasta el 95.

MN: Sí. En niveles históricos.

PM: Del 95 al 99 y después viene la crisis, quedó como frenada en el 15 %, me acuerdo el número de personas en situación de pobreza; y bueno cuando vino la crisis del 2002 se duplicó. Hubo momentos en el 2002 – 2003 que el Uruguay tuvo 30 y pico % de personas por debajo de la línea de la pobreza. Que fue el record, desde que se registra, que se mide la pobreza es el record máximo. 20 % de desocupación que también fue un número extremadamente tremendo, impactante, una gran crisis migratoria, una salida del país de manera bastante masiva.

MN: Sí, sí, sí. Recuerdo los comienzos de los 70 ¿no?

PM: Exacto. Fue una nueva ola migratoria, el Uruguay sufrió como una especie de sunami, en donde realmente la clave del sostén fue la Institucionalidad Democrática. La capacidad de responder con certeza jurídica y con diálogo. Ahí, hay que destacar como siempre se hace, por un lado, la conducción de Jorge Batlle en el sentido al fin y al cabo de la salida del “feriado bancario” fue gracias a la capacidad de dialogo que Jorge Batlle tenía con el gobierno Norte Americano. Y que tuvo el apoyo para recibir los fondos en esa semana terrible que yo no me olvido más. Pero también hay que destacar la contribución que todo el sistema político hizo. En ese sentido me voy a permitir recordar dos ejemplos; uno fue el de mi compañero de partido Iván Posada, que cuando había que votar la ley que habilitaba traer los fondos del exterior para abrir los bancos dijo, después de que Penades en representación del Partido Nacional dijo “los votos del Partido Nacional como siempre están para conseguir la mayoría …” e Iván dijo “los del Partido Independiente no son necesarios, porque con Blancos y Colorados alcanza, pero están, están porque nosotros sentimos que tenemos que comprometernos con el país”. El otro gesto fue el de Astori cuando se plantó, ante el planteo de Vázquez del “The Fall” y Danilo dijo aquello “ni me calló, ni me voy”. Revindicó la salida que era la correcta, la de la búsqueda de un entendimiento con la banca internacional, cumplir con los compromisos asumidos. Y ese fue el camino de salida. Y por supuesto la figura señera de Alejandro Atchugarry que tuvo esa capacidad de articulación y diálogo con todo el sistema político.

MN: Y que en el día de su asunción tuvo figuras notorias desde el Frente Amplio, desde Mujica hasta Curiel, por ejemplo. Aunque también el Frente Amplio en el momento de votar, en una de las instancias se fue de sala, pero era para permitir, pero no voto en contra tampoco, ¿no?

PM: Bueno, el Frente en la crisis del 2002, en el medio de la crisis no acompañó; después cuando vino el tema de la renegociación de la deuda, ahí hubo una división, porque Astori estaba en la línea de hacer posible la salida y eso ayudó, justamente permitió que el Frente tuviera una postura de oposición radical, sino más moderada por esa diferencia interna que tenían, ¿no?

MN: Hacemos otra pausa y ya venimos.

MN: Vamos a retomar otro tramo de la “Conferencia Memorable”, que hoy es la de Enrique Iglesias de noviembre de 2002. Hablemos del sistema bancario, él hablaba de un sistema bancario en recomposición y sobre esto, nos decía.

EI: Yo creo que estas crisis, como todas las crisis, tienen algunos aspectos positivos. Los aspectos positivos que suelen poner en forma mucho más clara, la realidad en la que vivimos y quizás indican en forma mucho más precisa los rumbos a los cuales debe asomarse la política nacional y la acción de los actores privados. Primero yo creo que, esta crisis pone de manifiesto la magnitud de nuestros problemas, pero también ponen de manifiesto los límites con los que se operan en estos casos. Las dificultades para disponer de mecanismos de respuesta como dije anteriormente son limitados, debido a la propia naturaleza de la crisis y yo creo que es importante que se sepa y que se conozca que hay límites para la acción de particularmente de los que derivan de estímulos de tipo fiscal. Y que se comprenda también que hay límites para lo que el Estado puede hacer.

El Estado ha llegado a un punto de agotamiento en su capacidad de intervención en materia fiscal por la situación que se encuentra ahora. Y esto desde luego supone que en las soluciones que se propongan, esa realidad objetiva que salen del análisis de la crisis, creo que es un elemento lamentablemente positivo para vivir con cierto realismo y pragmatismo frente a lo que podemos o debemos hacer. De manera que yo diría, que lo primero es que hay aspectos positivos; de alguna manera trasparentar un poco la naturaleza de nuestros problemas, conocer los límites que tenemos en las políticas internas entre otras cosas por la dependencia que estamos en la coyuntura internacional, reconocer los límites que tiene el Estado para hacer cosas y tratar de no vivir de ilusiones respecto a las cosas que se puedan hacer y que en el pasado se pudieron hacer y que ahora ya no se pueden hacer.

Y de alguna forma se tenga la conciencia clara que de este fenómeno se sale a partir de grandes encuentros de los grandes actores de la vida nacional, tanto públicos como privados. Yo creo que hoy nosotros y en general la región, pero particularmente esta parte del sur de América, del sur del cono. Yo creo que está motivado por tres objetivos; la reactivación económica, creo que no digo nada nuevo con esto. El otro es un poco la focalización de las acciones sociales y en tercer lugar es pensar el país del futuro. Con respecto a la reactivación económica, tan deseada, tan buscada; yo diría que la tarea no es fácil, tampoco es rápida, pero es posible. En primer lugar, como decía hace uno instante los márgenes son estrechos, en el sentido que las políticas anticíclicas en estos países están muy acotadas, no es el caso de los países europeos.

Nosotros estamos pidiendo gran supe hábil primarios y en Europa están pidiendo grandes capacidades de déficit; esa es la doble vía que tiene el mundo, la ambivalencia de las situaciones. No cabe duda que la restauración del sistema financiero es un tema fundamental, creo que el país lo está haciendo a su manera, haciéndolo en forma progresiva para poder poner orden en un sistema financiero que es una columna vertebral fundamental en el país y creo que se ha hecho cuando uno compara, se ha hecho en forma serena preservando los contratos, manteniendo una actitud sumamente responsable de parte de los depositantes, de parte de los sectores políticos, de parte de los sectores del trabajo. Yo creo que el país se está acercando a soluciones, que pueden no ser optimas, pero son soluciones que van viabilizando lo que es fundamental para nosotros que es recomponer un poco esa columna vertebral que supone la restructuración del sistema financiero.

MN: En una Conferencia Memorable que recordábamos hace unos días con Gabriel Gurméndez; él recordaba que Jorge Batlle presidente en ese entonces, en momentos muy difíciles, él planteaba ideas para mirar para adelante. Un poco es lo que dijo recién Enrique Iglesias; crisis, dificultades, pero pensar en el país del futuro. Que a veces cuando hay necesidades urgentes, es difícil decirlo, ¿no?

PM: La verdad, me permito un paréntesis para hablar de Enrique, Enrique Iglesias cuando uno lo escucha en esa conferencia, pero en general siempre, es una cosa fuera de serie, está fuera de toda categoría, es un tipo con una enorme capacidad de decir además cosas muy complejas, con mucha simpleza, con mucha comunicación y saber que hoy con más de 90 años sigue siendo un tipo con una capacidad de reflexión brutal. Y ahí se nota en esa parte, en toda la conferencia, pero en esa parte se nota esa convicción de que es necesario apostar a la reactivación y eso lo demuestra como un tipo con una visión planetaria, que es lo que lo caracteriza sin duda alguna.

Y efectivamente la reactivación ocurrió muy poco tiempo después, tuvimos unos de los mejores tiempos de crecimiento de la economía que arranca en el 2005 -2006 y hasta el 2013 – 2014, Uruguay vivió un tiempo de enorme crecimiento, hablamos de crecimiento a “tasas chinas” decíamos en aquel momento. Y yo quiero destacar algo, que me parece muy relevante; a mí me toco participar de la Comisión Investigadora sobre la Crisis del 2002. Yo estaba en la Cámara de Diputados y por lo tanto escuchamos a todos, a todas las versiones: Directorio del Banco Central, el Director de Macroeconomía y bueno. Se aprendió del desastre del 2002, se aprendió porque el sistema financiero se redefinió y el Banco Central se fortaleció enormemente. Porque la Superintendencia de Bancos que había tenido un papel bastante pobre en la crisis. Se transformó sustancialmente, Julio de Brun tuvo un papel importante en eso, como presidente del Banco Central. Construir un Banco Central moderno, un Banco Central del s. XXI

MN: Y en medio de la crisis dar la cara, ¿no?, recibir insultos, escupitajos y alguna cosa más.

PB: Exacto. Y también recordar a alguien que fue el Superintendente de Bancos a partir de la crisis que fue, que después se retiró a la actividad privada, que fue Fernando Barran. Que fue uno de los constructores de la solides, que hoy tenemos en el Banco Central y que nos permite que el sistema financiero tenga, yo no diría blindaje nadie tiene, pero tenga una capacidad y una fortaleza y una solides técnica que no tuvo en el momento de la crisis del 2002.

MN: En una conferencia que recordábamos hace unos días, el que después terminó siendo Presidente de la República, que en ese momento era el Senador Mujica, decía en el almuerzo de ADM, “A la luz de la experiencia del 2002, que se terminó que el pueblo tenga que pagarles a los bancos, lo que los ahorristas eventualmente o un banquero perdió”, “Él anunciaba entre sus políticas de gobierno que se terminó, él hablaba de la timba de los bancos”.

PM: Je, je. Bueno, yo creo que el sistema financiero era muy vulnerable cuando llegó la crisis del 2002; para empezar porque tenía una altísima exposición al riesgo de la vecina orilla y el sistema financiero argentino no lo manejábamos nosotros. Entonces, ese blindaje de la administración que regula al Sistema Financiero, que es el Banco Central a través de la Superintendencia de Bancos. Me parece que fue un gran paso y eso se ha probado desde entonces veinte años a la fecha. Hubo una crisis en el 2008 a nivel internacional, justamente del sistema financiero y Uruguay la sobrellevó muy bien. Ahora mismo tenemos una situación muy blindada.

MN: Vamos a hacer la última pausa y venimos con el último tramo elegido hoy de aquella Conferencia Memorable de Enrique Iglesias.

MN: Poco a poco vamos llegando al final de esta Conferencia Memorable que estamos recordando hoy, Enrique Iglesias noviembre de 2002. Era dable esperar que Enrique Iglesias nos dijera como veía el país en ese cierre del 2002, de cara al 2003.

EI: Yo creo, por ejemplo, al país como, el país como, con su solides institucional. Quizás por comparación con otras situaciones; el país se presenta como un país respetable en sus instituciones, que no son perfectas, nadie dice eso. Pero son instituciones donde se respeta la ley, donde se respetan la vigencia de los contratos. Hoy por hoy, en este mundo lleno de incertidumbres y de riesgos y la aversión al riesgo, ese factor hay que protegerlo a cualquier precio. Porque eso realmente es un puntal fundamental, para hacer, no solamente la credibilidad externa del país hacia nosotros; sino de nosotros mismos. Eso es una cosa que el país lo tiene. Veo también el país, decía el país productivo, yo les contaba hace un instante la cantidad de iniciativas.

Nosotros mismos en el banco, tenemos una corporación que está permanentemente recibiendo demanda de proyectos. Hablaba con el Ministro Cáceres ayer la cantidad de iniciativas que hay en este momento; alguna de ellas de extraordinaria importancia en campos muy importantes para el país. Son inversionistas que se están acercando a invertir en el país. Quiere decir que el país no está aislado del interés internacional, sí hay apuesta a este tipo, que de alguna manera la gente está descubriendo, que podemos ofrecer y estamos ofreciendo. Yo diría también otro campo importante, que lo veo acá y lo veo en Argentina también; es un poco el país solidario, el país solidario en lo que tiene que ver con el uso de su capital social.

En estos momentos de crisis uno ve como se acentúa el capital social de nuestra gente y como de alguna manera hay en ese capital social la voluntad de ayudarse, de cooperar y de alguna manera enfrentar todos juntos la salida. Y digo también hay capacidad de concertación, yo no puedo desconocer una de las cosas que uno dice afuera, yo en Washington que estamos todo el día con gobiernos y con parlamentos, yo no puedo desconocer que, en este país enfrentado a la gran crisis bancaria, en tres o cuatro días salió una ley. Y que ahora se está trabajando en el Parlamento una ley que también cuenta con una voluntad mayoritaria, una voluntad de poder salir adelante. Quiere decir que de alguna manera esos rasgos que van desde el país creativo, al país solidario o al país capaz de comprometerse me parece de una enorme importancia. Yo creo que eso es lo que nos dice que no tenemos derecho a dejarnos arrastrar por un pesimismo derrotista que tiene toda la justificación, pero que, mirado desde una perspectiva un poco más alta, no puede convertir o hacernos prisioneros de situaciones que van a anular, lo que es más importante, que es la capacidad de tener esperanza. Yo creo que nosotros podemos desde luego, de alguna manera tener dificultades como la tienen todos, pero lo que no podemos perder, es el derecho a seguir teniendo esperanza. Apoyarnos en eso que es lo siguiente: la teoría no es, “el sálvese quien pueda”, la teoría es “salvémonos todos juntos”.

Ese es el verdadero propósito del momento que estamos viviendo. Y yo creo, que un poco con este espíritu, que yo quería terminar mis palabras, quizás porque lo pueda ver un poco a la distancia tan comprometido con ustedes, con mi país. Pero verlo un poco a la distancia, como hay por encima de las dificultades muy, muy serias del momento, esta capacidad de poder llevar adelante el compromiso de todos y recordar una cosa muy importante; generalmente uno tiene la tendencia en estos casos en echarle la culpa al otro. Acá todos somos culpables de alguna manera y todos somos responsables de alguna manera. Y yo creo que en ese sentido me parce que es muy importante, muchas veces el buscar la exculpación; en que la culpa la tuvo el político, la tuvo el empresario. No aquí todo el mundo tiene algo que responder y algo de alguna manera atender.

Yo quiero por tanto terminar estas palabras con una expresión de confianza con respecto al país; y la tengo primero obviamente porque soy uruguayo, pero la tengo también porque comparo, ese quizás es el único activo que les puedo dejar a ustedes. Y cuando comparo veo un poco las dimensiones de los problemas, las proporciones de los problemas y yo les digo “que este país se la puede”. Muchas gracias.

MN: Como lo vieron y lo escucharon Enrique Iglesias, y el propio Mieres al comienzo de este programa lo tocó al tema tangencialmente y nos vamos a parar un poquito más arriba de eso. Enrique Iglesias como Fernando Enrique Cardozo en otra Conferencia Memorable que hemos recordado, hablaba del privilegio de las instituciones fuertes que tiene el Uruguay y que sin eso no hubiera sido posible la salida.

PM: Totalmente convencido. Él habla de la solides institucional; que yo creo que es un patrimonio que hay que cuidar, porque no se consigue de una vez para siempre; hay que regar la plantita. En ese sentido todos tenemos que hacer un gran aporte, todos los partidos, todas las instituciones, no solo los partidos políticos, también las instituciones sociales y la certeza jurídica. Yo creo que, uno de los ejemplos más importantes que uno puede destacar de ese momento, es que no se cedió a la tentación de echar mano a los fondos de las AFAP, por ejemplo, que otros países cuando entran en situación de crisis, le echan mano a lo que venga.

La certeza jurídica, el honrar los contratos, el darle a la gente garantías y esto fue muy importante. Yo creo que también es muy importante lo que señala Iglesias en cuanto a la capacidad del Uruguay de captar inversiones; eso sigue siendo el tema de cualquier país y particularmente para Uruguay. Tenemos sin duda una herencia del 2002 que es negativa, que es la crisis social; de esa crisis social mucha gente no se recuperó. Yo creo que eso es un mensaje para las salidas de las crisis y tiene particularmente vigencia para el Uruguay de hoy después de la pandemia. Tenemos que preocuparnos de restañar las heridas, porque ninguna crisis es gratis y siempre hay costos. Por ejemplo, en materia de empleo, yo creo que tenemos que estar muy atentos, porque la recuperación del empleo, no necesariamente significa que los que tenían empleo antes, son los que tienen ahora. Y ahí hay gente que queda por el camino y hay que preocuparse de ayudar a que vuelvan a caminar; porque en el 2002 la salida dejó un lastre que después se expresó en situaciones de crisis de la integración social.

MN: Ministro en nombre de ADM, muchísimas gracias.

PM: Encantado, un gusto.

MN: Porque además como los invitados anteriores se tomó con responsabilidad y se vio la Conferencia, previo a lo que hemos estado mostrando ahora. Es una especie de deber, que le mandamos porque si no, no tiene sentido. Muchísimas gracias.

PM: Un placer, un placer recordar esa Conferencia.

MN: La historia más reciente del Uruguay y del Mundo, está presente, en algunas de estas disertaciones propiciadas por la Asociación de Dirigentes de Marketing; que ya son “Conferencias Memorables”.

 


Si no puedes ver la entrevista, comprueba en este enlace la completa entrevista al Dr. Pablo Mieres.

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