Desde que comenzó la pandemia de COVID-19 en el mundo, su impacto se ha sentido en todos los órdenes de nuestra vida. A nivel económico, social, cultural, sanitario y laboral, hemos visto, los cambios bruscos que han ido ocurriendo.
Este escenario, nos ha forzado a poner en juego, un conjunto de competencias, diferentes, a las que utilizamos habitualmente. Competencias, como aquellos conocimientos, habilidades y actitudes que nos permiten poder desarrollar una actividad.
Algunas empresas y personas ya poseían estas competencias, otras tenían el potencial de desarrollarlas rápidamente y muchas organizaciones y personas, no estaban preparadas, quedando por fuera de una realidad, que ahora se jugaba, principalmente en el mundo digital.
De hecho, prácticas como la telemedicina, el teletrabajo, la educación a distancia o el e-commerce, era para la mayoría de nosotros, algo que no estaba presente en nuestra vida de forma cotidiana y adquirieron un nivel de exposición y uso como nunca se había visto anteriormente, transformando nuestra realidad actual y permaneciendo a futuro en ella, sin lugar a duda.
La pandemia, generó que empresas como ZOOM, lograron en meses, ser más valiosas en el mercado, que las grandes aerolíneas mundiales. Es así como, en mayo 2020, se consideraba que ZOOM, valía más que las 7 aerolíneas más confiables del mundo juntas (Southwest Airlines, Delta, United, International Airlines Group, Lufthansa, American Airlines y Air France), con una capitalización de 46.778 millones de dólares.
El aumento del uso de las tecnologías, de manera exponencial, como ocurrió en los últimos meses, ha creado, dificultades enormes, para aquellos que no han sido capaces de desarrollar rápidamente, las competencias asociadas a su uso.
Afirmaba Guy Ryder, actual Director General de la OIT, en referencia a la brecha que genera y generará, el acceso desigual a la tecnología en el mundo actual. “Existe el riesgo muy real de que el legado de la crisis provocada por la COVID-19 sea un agravamiento de las desigualdades y la injusticia social“.
Con una transformación, del mundo del trabajo por la tecnología en proceso, ya desde hace algunas décadas, y una crisis laboral originada por la pandemia, se prevé que la desaparición o transformación de empleos, sea mayor por la tecnología, después del COVID-19, que lo dimensionado anteriormente, puestos de trabajo desaparecerán, otros se transformarán y nuevos se crearán, siendo la constante que podremos observar y con la cual deberemos convivir, en el mundo laboral del futuro.
¿Qué pueden hacer los trabajadores, ante este escenario?
La capacidad de comprender la dimensión de los cambios que estamos viviendo y desarrollar una fuerte capacidad de adaptación y aprendizaje, son herramientas fundamentales para adecuarse y lograr navegar en este mundo, vertiginoso, impredecible e incierto.
Un mundo que, a su vez, se presenta como desafiante y con un sinfín de oportunidades, para aquellos que tienen el valor de ver las infinitas alternativas que brinda.
Alvin Toffler, sociólogo estadounidense, quien desarrolló una extensa obra, sobre la revolución digital, tomando como referencia a Herbert Gerjuoy, afirmaba que, “…los analfabetos de este siglo, no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino aquellos que no tengan la capacidad de desaprender y aprender de forma constante, …” en un proceso de adaptación permanente a las modificaciones del entorno, principalmente asociadas al uso de las tecnologías, por su impacto en nuestra vida.
“Aprender, desaprender y reaprender”, como competencias claves para el mundo del futuro.
La aceleración de los cambios, a consecuencia de la pandemia, género que un proceso, que podía haber sido relativamente paulatino, se convirtiera en abrupto, lo que sin dudas, no ha generado el espacio para el desarrollo de las nuevas competencias, ahora requeridas, de una forma gradual, poniendo al límite a la fuerza laboral y sobre exigiendo a muchos trabajadores, con el riesgo de quedar por fuera del sistema.
La capacidad de mantenerse empleables es hoy un desafío, capacidad asociada a contar con las competencias demandadas por el mercado laboral, en un mercado laboral inestable, cambiante e impredecible.
¿Qué competencias entonces son necesarias desarrollar y que no queden obsoletas, casi al mismo momento de haberlas adquirido?
Aquellas basadas principalmente, en el desarrollo de competencias transversales, asociadas a la inserción en el mundo del trabajo digital y un permanente perfeccionamiento técnico en cada área de desempeño.
Los trabajadores de hoy no solo deberán mirar qué competencias necesitan actualmente, para su trabajo, sino también qué competencias serán necesarias a futuro y orientarse rápidamente a desarrollarlas, asumiendo la responsabilidad para buscar los mecanismos que hagan posible ese desarrollo.
Nuevas competencias Laborales
Competencias transversales, y por lo tanto aplicables a escenarios diversos y heterogéneos, que serán claves para insertarse en el mundo del trabajo y permanecer en él:
- Autocrítica permanente, motor para el cuestionamiento constante de nuestros saberes y prácticas, desarrollando la capacidad de renunciar a lo que hacemos y sabemos en busca de nuevas formas, para lograr los objetivos que se nos plantean.
- Manejo de las emociones, sobre todo asociadas a la incertidumbre y volatilidad de la realidad, o la multiplicidad de estímulos, por la convivencia del mundo laboral y familiar.
- Organización y planificación, para un trabajo que ahora es asincrónico, virtual y con interacción ilimitada, en donde los límites están desdibujados y permanentemente puestos a prueba.
- Habilidades de comunicación, para una interconexión por múltiples canales, con el fin de generar un vínculo claro, oportuno y empático, a pesar de no estar cercanos físicamente.
- Habilidades digitales específicas, para moverse en un mundo virtual.
En relación, a este último punto, un panel de expertos chilenos, lograron identificar tres categorías principales de competencias digitales, necesarias en estos tiempos. Dentro de una de las dimensiones, las Genéricas Digitales, identificaron 6 competencias que serán importantes para toda la fuerza laboral:
- Funcional Operativa de la Tecnología: necesarias para hacer uso de TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación), como: notebook, pc de escritorio, Smartphone, software y/ aplicaciones.
- Gestión de Información: necesarias para usar las TICs con el objetivo de buscar, seleccionar, evaluar y organizar de manera eficiente información y contenido online.
- Comunicación Digital Efectiva: necesarias para interactuar a través de diferentes dispositivos, aplicaciones y formatos digitales con el objetivo de transmitir información a otros, dentro o fuera de la empresa, asegurando que el significado se comprenda de manera efectiva en todos sus niveles.
- Creación de Contenido: necesarias para producir, modificar y/o compartir contenido en diferentes formatos utilizando tecnologías digitales.
- Trabajo de Equipo en Red: necesarias para interactuar en redes virtuales y utilizar las TICs con el objetivo de trabajar en equipo intercambiando información, negociando acuerdos, colaborando.
- Participación Segura de los Espacios Digitales: necesarias para un uso seguro de los datos y dispositivos tecnológicos disponibles de uso personal y laboral.
En resumen, la transformación en el mundo del trabajo a partir de la tecnología es una realidad, es un desafío, y también es una gran oportunidad.
Es responsabilidad de los gobiernos de cada país, del sistema educativo y de las empresas, promover, desarrollar y apoyar una educación orientada a generar las competencias necesarias a esta nueva realidad.
Es, sin lugar a duda, también, responsabilidad de cada persona, orientarse a desarrollar esas habilidades, que le permitirán, acceder al mundo del trabajo actual y del futuro y más importante aún, permanecer en él.
Lic. Karina de los Santos es una profesional con sólida formación y experiencia en el área de Ciencias Humanas, tanto en el ámbito público como privado en Uruguay. Se ha desempeñado a nivel empresarial como Responsable de áreas de Recursos Humanos. En Consultoría Organizacional, en temas de Gestión de Personas, Gestión del Cambio, Motivación- Comunicación- Liderazgo, entre otros.
Cuenta con experiencia docente a nivel de la Armada Nacional, en sus Escuelas de Formación (Escuela de Guerra Naval, Escuela Naval, Escuela de Especialidades, y Centro de Instrucción).
Actualmente desarrolla su actividad docente en la Universidad de la Empresa (UDE) y su Escuela de Desarrollo Empresarial (EDE).