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La magíster Lucía Caballero, directora de la Licenciatura en Administración de Empresas de UDE, explicó en diálogo con Miguel Nogueira cómo el salto tecnológico postpandemia potenció la internacionalización y cambió el perfil del profesional en administración.

De cara al próximo año lectivo, la directora remarcó que la Licenciatura en Administración de Empresas, dictada en Montevideo, Punta del Este y Colonia, con horarios matutinos y vespertinos, está pensada para que los estudiantes puedan estudiar y trabajar.


Si no puedes ver la entrevista, comprueba en este enlace la completa entrevista con la Mag. Lucía Caballero


Miguel Nogueira (MN): Hoy vamos a hablar con la magíster Lucía Caballero. Es directora de la carrera de la Licenciatura en Administración de Empresas de la Universidad de la Empresa. Lucía, bienvenida.

Lucía Caballero  (LC): Muchas gracias.

MN: Bueno, hay un antes y un después de la pandemia tecnológicamente. El salto cualitativo y cuantitativo que tuvo que dar la UDE, y lo dio, para poder en poco tiempo, en un lapso muy corto, retomar prácticamente la normalidad. No sirvió solo para eso: llegó para quedarse, ¿no? Yo te diría de arrancar por ahí.

LC: Sí, perfecto. A ver, más allá de todas las consecuencias negativas de la crisis de la pandemia, que todos manejamos y conocemos, hay efectos colaterales positivos, sobre todo a nivel de la educación superior. Tienen que ver con ese salto tecnológico obligado que tuvimos que enfrentar. Tuvimos que, de un día para el otro, adoptar intensivamente el uso de plataformas, de entornos virtuales de aprendizaje. Tuvimos que incorporar plataformas de videoconferencia y demás.

MN: Un aprendizaje conjunto, me acuerdo, de docentes y de alumnos; pero de docentes, además, ¿no?

LC: Totalmente. Implicó un esfuerzo tanto individual como institucional. Porque los alumnos, de un día para el otro, vieron que agenciarse los equipos, la cámara de la computadora, los micrófonos. También los docentes, de un día para el otro: yo nunca había usado el Zoom, debo confesar, y de un día para el otro tuve que aprender a usarlo. E institucionalmente, a la UDE también le implicó una inversión muy importante, la generación de un aparato, de una estructura muy fuerte. Eso, por suerte, salió bien, pero sigue teniendo hoy en día coletazos positivos.

Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la internacionalización. Gracias a todos estos avances tecnológicos que hemos tenido, a la disponibilidad y al aprendizaje, como te decía, tanto individual como institucional, hoy lo podemos seguir aprovechando para darle un plus, mejorar la formación de nuestros estudiantes, mejorar todo lo que tiene que ver con el pasaje por la academia, ¿no? Entonces, hoy en día estamos ya embarcados en varias cosas que hemos hecho y en proyectos muy interesantes para el año que viene que tienen que ver con eso. Si querés, te cuento un par.

MN: Sí, por supuesto, porque acá hay intercambio institucional de universidades a universidades, de estudiantes entre estudiantes. Pero adelante.

LC: Exacto. Por ejemplo, hace 15 días participamos de la Segunda Semana Internacional de las Ciencias Económicas, una semana internacional que organiza la Universidad de Concepción del Uruguay, de Argentina, y en la que participan universidades de Argentina, de El Salvador; por Uruguay, fue UDE. Ahí pudimos participar con docentes nuestros que dieron charlas y con alumnos que participaron de esos webinars, que fueron cuatro días sobre diferentes temas. Eso es posible: la participación en ese tipo de eventos académicos internacionales es posible gracias a esto.

Asimismo, también tenemos, por ejemplo, durante este año, dentro de lo que es el plan de formación de los docentes de la Facultad de Ciencias Empresariales y de UDE en general, cursos en la Universidad Internacional de La Rioja, de España, en inteligencia artificial generativa aplicada a la educación. Yo hice otro también de competencias docentes aplicadas a la educación en línea. Y todos esos cursos son maravillosos, más allá de sus contenidos.

MN: ¿En qué sentido?

LC: En el sentido de que son dictados por docentes de otros países, en este caso de España, y tuvimos la oportunidad de compartir clases con docentes de toda América. Había gente de todos lados. Entonces, eso está muy bueno porque nos permite formarnos, pero aparte formarnos también en lo que tiene que ver con esas habilidades blandas de compartir con gente de otras culturas, intercambiar experiencias con docentes de otros lados. Las posibilidades son infinitas.

Por ejemplo, también ahora estamos organizando, ya más en el plano de proyectos para el año que viene, porque si bien está terminando el año, ya estamos a full programando el próximo semestre, clases conjuntas con la Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil, más bien para el nivel de maestría, de la Maestría en Dirección y Administración de Empresas.

MN: ¿Para qué?

LC: Para tener clases conjuntas: el docente de Ecuador, nuestro docente, los alumnos de allá, nuestros alumnos, y generar esas sinergias, ese intercambio de experiencias, de puntos de vista, que está muy bueno.

MN: Nunca como antes se corrió un riesgo tan alto de quedar desactualizado. A veces en semanas, en meses, en semestres o en años, pero antes éramos menos conscientes de lo que estaba pasando afuera y podíamos mantenernos, digamos, en nuestras estructuras, en nuestro horizonte. Hoy en día no existen las carteras; en medicina la medicina tuvo que compartimentar las especialidades y los médicos actualizarse en forma permanente, si no…

LC: Exacto. Es que, a ver, el rol del licenciado en administración… Uno dice: “Bueno, la administración es la misma desde el inicio de la historia”. Y no. Porque en realidad cada vez más han tenido que cambiar o mutar las habilidades. No tanto manejar teorías o conceptos, sino tener la capacidad de adaptarse, de saber dónde buscar, de autoaprendizaje. Nuestros estudiantes, nos estamos yendo de tema, pero no, nuestros estudiantes cada vez salen con una formación en la que, obviamente, la base conceptual y las teorías están; pero nos concentramos mucho más también en la capacidad de aprender, en la capacidad de enfrentar situaciones, en las habilidades blandas, en la capacidad de ir a buscar la información y de resolver problemas. Porque son, en definitiva, las que van a perdurar.

MN: Sí, solo la experiencia casi, como que… Hablamos siempre con los directores de recursos humanos: el viejo jefe de personal ya no es lo mismo, ¿no?

LC: Por supuesto. Entonces, la clave está en generar esas habilidades para poder seguir aprendiendo y seguir adaptándose a este entorno cada vez más cambiante. En ese sentido está bueno también esto que te decía de la internacionalización.

¿Por qué? Porque a través de estas herramientas tecnológicas nos permite también democratizar el acceso a lo que eran, por ejemplo, los programas tradicionales de movilidad internacional. Siempre se hizo en UDE, siempre lo hemos hecho, pero para participar de un programa de movilidad internacional tenías que tomarte un avión, irte a otro país, dejar seis meses tu trabajo —si ya lo tenías— o tu familia. Era para contarlos con una mano.

MN: Exactamente.

LC: Ahora, con este plan que estamos armando para el próximo año, en particular con UNIR, nos permite generar programas de intercambio en determinadas asignaturas o para determinadas carreras, más largos o más cortos, sin que el alumno tenga que asumir todo ese costo y esa movida que es muy importante y, como tú decís, restrictiva. Entonces, ahora lo va a poder hacer cualquiera, obviamente aprovechando todas las ventajas que implica, desde el punto de vista académico, el poder intercambiar con otros docentes, con otros estudiantes, ampliar los horizontes.

Sobre todo en lo que tiene que ver con la administración de empresas: cómo se mueven otros mercados, cómo se manejan, estar actualizado en las últimas teorías siempre es importante. Y también permite fomentar o cultivar eso que te decía de las habilidades blandas (y lo estudiamos en el curso habilidades gerenciales), porque vas a estar en una clase con gente de otras culturas, vas a tener que trabajar incluso quizá con compañeros que hablan en otro idioma. Muchas veces la gente es bilingüe pero le cuesta manejarse, interactuar.

MN: Sí, capaz que entiende todo, pero le cuesta largarse. Nos pasa a todos.

LC: Exacto. Entonces, pienso que todas esas posibilidades están buenísimas para lograr una formación más completa, más cabal. No solamente quedarnos con lo que podemos brindar acá o con las posibilidades que tenemos con nuestros docentes.

MN: La dirección de la carrera eres tú, o sea, una mujer. Es una carrera de ambos géneros en este momento, ¿no?

LC: Sí, sí. En realidad, yo creo que siempre lo ha sido. Si mirás las estadísticas, en general, en administración de empresas hay tanto mujeres como varones. Generalmente no es como en otras carreras en las que está más sesgado. En el caso de administración, porque es una ciencia —yo tengo el corazón puesto ahí— absolutamente necesaria. Todos necesitamos conocimientos de administración y es perfectamente desarrollable por ambos.

MN: Hay tiempo de sobra, y no tanto, porque ahora en poco tiempo ya estamos en el fin de año y en el comienzo del nuevo año. Pero ya se pueden inscribir en esta carrera, en esta Licenciatura en Administración de Empresas en la UDE, la Universidad de la Empresa: ude.edu.uy. Allí tienen toda la información. Y como decía: falta, pero no falta, porque después esto se nos cae encima, ¿no?

LC: No, por supuesto. Ya tenemos un montón de inscriptos para el comienzo de clases, que es en marzo, los primeros días de marzo, como todos los años. Y sí, cuanto antes se inscriban mejor, porque ya les vamos pasando el cronograma de fechas. Ya he tenido reuniones con alumnos que ya están inscriptos y dicen: “Bueno, ya quiero saber qué día tengo qué materia para irme organizando”.

MN: Bueno, y es lo último que te iba a preguntar: ¿cómo manejan el tema horarios? ¿Cómo es?

LC: Tenemos, en la Licenciatura, que no solo se dicta en Montevideo sino también en la sede de Punta del Este y en la sede de Colonia, y es exactamente el mismo plan que se dicta en las tres sedes, mucha flexibilidad. Tanto es así que, a los efectos de la movilidad, nos ha pasado con un montón de alumnos que se han tenido que mudar por cuestiones familiares o laborales de Punta del Este a Montevideo o a Colonia, y continúan con la carrera en la sede a la que comienzan a ir sin ningún problema.

En Montevideo, en particular, tenemos dos turnos: el turno matutino, que arranca a las ocho de la mañana y va hasta casi el mediodía; y el vespertino, pensado más que nada para la gente que trabaja durante el día. Generalmente el público de la noche es gente que trabaja y que empieza a las 19 y termina a las 22:40, o sea que es perfectamente accesible en materia de horarios. Y algo que yo siempre les digo a mis alumnos cuando nos entrevistamos el día de la inducción, el primer día de clase: es una carrera que está pensada para que la puedan hacer trabajando. No es necesario poner en pausa tu vida por cuatro años para hacer la carrera de Licenciatura en Administración. Al contrario: está muy bueno que la puedan hacer trabajando, teniendo una vida, una familia, y efectivamente recibirse en cuatro años.

MN: Ha sido un gusto. Hemos hablado con la magíster Lucía Caballero, que es la directora de la Licenciatura en Administración de Empresas de la UDE. Gracias, Lucía.